Cualquier instrumental quirúrgico tiene que ser desinfectado después de una intervención quirúrgica.
Los instrumentos y materiales utilizados durante una intervención estarán recubiertos por sangre y restos de tejidos; pueden haber entrado en contacto con agentes químicos y fluidos, suciedad y polvo. El lúmen de los instrumentos tubulados también puede estar repleto de suciedad. De una forma u otra, los materiales deben ser reprocesados para que puedan ser utilizados de manera segura sobre un nuevo paciente. La limpieza juega un papel especialmente importante en este proceso.
Un requisito fundamental para todos aquellos materiales que vayan a estar en contacto con fluidos internos de nuestro organismo (las áreas de alto riesgo) es que deberían estar estériles. Sin embargo, la esterilidad (ausencia de cualquier organismo viable) no es por sí sola suficiente para un uso seguro. Un instrumento que esté recubierto por suciedad estéril o con restos de agentes químicos o corrosión, puede constituir un serio peligro para la salud. Por tanto, se debe extraer toda esta suciedad potencialmente peligrosa o los restos de la misma. Los peligros para la salud causados por esta suciedad remanente (incluso cuando es estéril), constituyen unas de las diversas razones por las que los materiales deben ser esterilizados, pero primero han de ser cuidadosamente limpiados previos a su esterilización.
¿Por qué limpiar los materiales que van a ser esterilizados?
1. Extracción de la suciedad visible, tejidos, sangre y partículas extrañas.
Los instrumentos de uso médico, especialmente si éstos van a ser utilizados en áreas de alto riesgo de un paciente, no deberían contener microorganismos viables. Sin embargo, la presencia de cualquier suciedad o partícula extraña (incluso si ésta es estéril) sobre los instrumentos y materiales, puede provocar peligrosas complicaciones en un paciente si penetra a través de una herida. El cuerpo tiende a rechazar cualquier materia extraña que penetre en el cuerpo. El resultado puede ser el retraso en su recuperación y cicatrización, con un sufrimiento adicional para el paciente. Esto puede ser extremadamente peligroso si durante una intervención, una partícula extraña penetra en el torrente sanguíneo.
2. Reducción de la Carga Microbiana
Mediante la limpieza, la población de microorganismos residentes sobre los materiales (término conocido como Carga Microbiana) se reduce considerablemente. De esta forma, la contaminación inicial existente para la posterior desinfección o esterilización es considerablemente inferior y por tanto, estos procesos serán más efectivos, ya que se deberá eliminar menor cantidad de organismos. Así mismo, si se extrae esta suciedad visible, incluyendo cualquier resto de sangre o pus, se eliminará este caldo nutritivo que puede facilitar la pervivencia de microorganismos que hayan podido sobrevivir, proporcionando una oportunidad de multiplicación. Pero existe otro riesgo: los restos de los organismos muertos pueden causar reacciones febriles si penetran en el flujo sanguíneo. Los residuos producidos por estos organismos muertos es lo que se conoce como pirógenos. Existen microorganismos que contienen sustancias químicas venenosas que pueden ser liberadas en el momento de su muerte. De igual forma, estas endotoxinas pueden causar enfermedades muy serias. Todo esto constituyen razones adicionales para reducir la Carga Microbiana lo máximo posible antes de que el procedimiento mortal (desinfección o esterilización) se lleve a término
3. Protección de los instrumentos contra la corrosión
Los instrumentos médicos son normalmente materiales de coste elevado. Sus ejes y bisagras son muy susceptibles de almacenar sedimentos de suciedad. Pequeños depósitos de sangre pueden inducir fácilmente una seria corrosión sobre los materiales (oxidación), que puede verse agravada por la humedad y las altas temperaturas conseguidas en el proceso de esterilización, especialmente si se utiliza vapor. La corrosión puede provocar graves daños sobre los instrumentos e incluso convertirlos en inútiles o peligrosos para el paciente. La pobre calidad del agua o la incorrecta dosificación de los agentes de limpieza puede igualmente causar corrosión. Para conseguir un correcto proceso de limpieza, se deben tener en cuenta varios factores, entre ellos: la eficacia química del agente de limpieza escogido, la calidad del agua, la naturaleza de los materiales que van a ser procesados y otras variables, como la temperatura y el tiempo de exposición.
4. Garantizar la seguridad de las acciones posteriores a desarrollar sobre los equipos y materiales.
Después de la limpieza, el instrumental deber ser inspeccionado y las cajas de instrumentos deben ser preparadas y empaquetadas para su esterilización. Esto requiere una intensa manipulación. La limpieza y normalmente la posterior desinfección, aseguran que todas esas acciones se realicen de forma más segura.