El Hospital de La Ribera, origen del modelo Alcira de concesión administrativa en 1999, ha pasado a ser gestionado directamente por la Consejería de Sanidad desde el 1 de abril. Fue una de las principales promesas del Gobierno valenciano ratificado en 2015 por PSOE, Compromís y Podemos.

El proceso de reversión comenzó hace un año, cuando Sanidad remitió a la empresa concesionaria, Ribera Salud, los documentos que certificaban la decisión de no prorrogarlo, además de las normas encaminadas a la reversión del servicio público de asistencia sanitaria integral, así como del personal e instalaciones, equipamientos, inversiones y demás elementos vinculados con dicho servicio.

Ante esta situación, Ribera Salud, que siempre defendió que en el contrato se incluía tácitamente una prórroga adicional de cinco años si ninguna de las partes motiva la decisión de no continuar después de los quince años previstos -que empezaron a contar a partir del rescate de 25 millones de euros y readjudicación a que se vio obligado en 2003 el Gobierno regional por la baja rentabilidad de la concesión-, inició un proceso judicial para atajar el proceso.

Si bien logró con ello un retraso de mes y medio en los plazos de entrega de la documentación requerida por Sanidad, el TSJ de Valencia rechazó la suspensión cautelar del proceso de reversión.

Según anunció la consejera Carmen Montón, la gestión directa arranca «con 1.423 trabajadores indefinidos, 254 temporales -que se van a contratar a través de bolsa- y 310 trabajadores estatutarios». A ellos se sumarán 303 nuevos trabajadores a lo largo del año para ampliar la plantilla actual para alcanzar «la ratio que tiene la sanidad pública valenciana».